Tras 31 años de servicio, la policía local de Sanxenxo Ana Vázquez colgó ayer su uniforme para disfrutar de una merecida jubilación. Su vocación policial no tiene precedentes en su familia, dedicada a la minería en su Asturias natal, que cambió por Sanxenxo para comenzar como auxiliar en 1989 y convertirse en la segunda mujer policía del municipio en 1992. Su trayectoria está llena de anécdotas, pero recuerda algunas con especial cariño. “Llevaba apenas dos meses como agente y estaba controlando el tráfico en la Plaza Pascual Veiga junto a un auxiliar en julio de 1992. Vi como una señora empezaba a gritar que le habían robado la cartera y como dos chicos se escapaban. No me lo pensé, me puse a correr detrás de uno, que era el que llevaba la cartera. Se escondió en el Hotel Rotilio y yo detrás, hasta que lo detuve y lo esposé” relata.

El detenido era un viejo conocido de la justicia que acumulaba más de veinte detenciones. “Medía un metro ochenta y era corpulento frente a mi 1,60 metros y 50 kilos de peso, pero no me amedrenté. Lo inmovilicé contra la pared y recuperé la cartera”, recuerda. El arresto acabó con una orden de ingreso en prisión inmediata. “Me siento especialmente orgullosa de este caso. Luego llegaron otros robos e incluso un asesinato, pero siempre me ha gustado el trabajo en la calle”, explica.

Tampoco olvida cuando en un operativo de tráfico durante una concentración de motos, un motociclista que había dado positivo en alcohol quiso fugarse y le pasó con el vehículo por encima del pie. “Íbamos mi compañero Manuel Martínez y yo, pasamos un momento difícil porque los amigos empezaron a rodearnos con actitud amenazante. Finalmente, todo se quedó en un susto”, asegura.

Su vocación de prestación de servicio continuará en casa con el cuidado de familiares mayores a su cargo, pero asegura que también sacará tiempo para una de sus aficiones: Las manualidades. “Me gusta mucho realizar trabajos manuales con tejas y pintar”, señala. El alcalde, Telmo Martín, la recibió en el último día de trabajo en su despacho junto al concejal de Seguridade, Jaime Leiro. “Ana foi unha traballadora intachable, sempre disposta a axudar e colaborar en acadar un Sanxenxo máis seguro e mellor”, asegura.